sábado, 26 de noviembre de 2011

TEMA 3 LIBERALISMO Y NACIONALISMO

1. El liberalismo

Es el conjunto de ideas que darán lugar a la creación de los sistemas políticos que surgen a partir de las revoluciones burguesas durante el siglo XIX.
Y parten de los 3 grandes pilares:
A nivel político:
Se oponen al absolutismo y plantean la creación de un sistema parlamentario donde reside el poder de la nación, y la Constitución establecerá las relaciones entre los individuos, la sociedad y el Estado.
A nivel social:
Las sociedades están formadas por individuos y no por estamentos cerrados. Por lo que será el poder económico y no el nacimiento lo que establezca la escala social.
El liberalismo refuerza la figura del individuo frente a la sociedad estamental y lo dota de más derechos: libertad de opinión, de asociación, religiosa, libertad de pensamiento, etc.
A nivel económico:
Propone la libertad de cada individuo de dedicarse a la actividad económica que quiera sin que el Estado pueda intervenir, siguiendo las directrices de Adam Smith.

A grandes rasgos el liberalismo es el sistema socioeconómico y polítco ideal para que la burguesía desmantele el Antiguo Régimen y se instale en la cúspide de todos los niveles, desmarcándose de las clases populares y abrazando en algunos casos a los poderosos del pasado, puesto que la alta nobleza no desaparece sino que se reconvierte, adhiriéndose a esta nueva clase social preponderante.
Sin embargo la culminación de este proceso no fue fácil ni rápido puesto que tras la Restauración europea los monarcas y los estamentos privilegiados combatirán contra la imparable evolución y sólo serán derrotados mediante diversos procesos revolucionarios. 


2. Las revoluciones de 1820

La oleada revolucionaria que recorrió Europa en 1820 afectó fundamentalmente al área mediterránea:
España, Nápoles y Grecia.
En los dos primeros estados fracasó la implantación de sendas monarquías liberal-constitucionales debido a la intervención de los vecinos estados absolutistas.

Grecia se encontraba sometida al Imperio turco, en 1820 se inició una insurrección independentista, de contenido liberal, que recogía las aspiraciones nacionalistas y el rechazo de la población al dominio político, cultural, religioso y económico que ejercían los otomanos.
En 1822, delegados de toda Grecia se reunieron en el Congreso de Epidauro para proclamar la independencia, que no fue aceptada por los turcos hasta 1829.

El apoyo de grandes potencias: Gran Bretaña, Rusia y Francia; fue decisivo para su consecución, estas potencias, por diversos motivos apoyaron la causa griega, aunque el principal fue el de debilitar al imperio turco dentro de Europa y lograr el control de gran parte del mediterráneo.

En América se independizaron las colonias de España y Portugal, resultando de ello el nacimiento de diversas repúblicas (Argentina, Mexico, Brasil, etc).

Texto: Grecia. http://www.claseshistoria.com/revolucionesburguesas/%2Btextogrecia.htm

3. Las revoluciones de 1830

El epicentro fue Francia aunque se extenderá por los países vecinos rápidamente, sólo es relevante el caso belga y el caso español, ya que en el resto supuso el fracaso de los revolucionarios a manos de los Estados absolutistas.

  • Francia: 

Carlos X, sucesor de Luís XVIII, llevó a cabo reformas autoritarias e impopulares. La revolución comenzó en Paris, en medio de una crisis agrícola y financiera y la presión de Luís Felipe de Orleáns para cambiar la dinastía de los Borbones. La chispa que encendió la llama revolucionaria fue la aprobación de las Cuatro Ordenanzas, que: eliminaba la Carta Otorgada, ponía mayores restricciones al voto censitario, suspendía la libertad de prensa y disolvía la Cámara de los Diputados.
Ante estas medidas, obreros, estudiantes e intelectuales se echaron a la calle, durante tres días las calles se llenaron de barricadas, con el apoyo del ejército. Carlos X de Borbón se vio obligado a abdicar en la figura de Luis Felipe de Orleáns (1830-1848). El nuevo monarca restauró la Carta Otorgada, restableció las libertades e introdujo la bandera tricolor (símbolo revolucionario). Se implantó una Monarquía liberal.

  • Bélgica:

Logró independizarse de los Países Bajos (Holanda), tras una guerra civil, a la que había sido unida en 1815 como "Estado-Tapón". Formó un nuevo estado basado en una monarquía constitucional representada por Leopoldo I. Se formó un gobierno provisional en 1831, que fue reconocido por las grandes potencias occidentales. En 1839, Holanda reconoció finalmente la monarquía constitucional belga.

  • España: 

En 1830 el rey Fernando VII, tiene una hija. Como pretende que sea la futura reina de España pero la Ley Sálica, una ley que se remontaba a la Edad Media, impedía a las mujeres acceder al trono, el rey desarrolla un documento anulando dicha ley para que las mujeres también pudieran gobernar. La Pragmática Sanción.
Sin embargo en 1833 el rey muere y aunque había dejado a su hija como futura reina de España, los absolutistas no quieren que una mujer les gobierne y deciden apoyar al otro candidato: Carlos María Isidro, hermano del fallecido Fernando VII.
De esta manera se inicia en España una serie de guerras civiles conocidas como Guerras Carlistas en las que esta facción quiere hacerse con el poder. 
Por su parte la reina que sólo tiene 3 años de edad no puede gobernar y por ello su madre María Cristina ocupa la regencia y debe apoyarse en los grupos liberales para poder hacerlo. Como el ejército liberal vence a los carlistas, en 1840 se establece definitivamente el sistema liberal en  España.

4. La experiencia democrática y social: 1848

La revolución se inició en París en febrero de 1848, cuando el gobierno de Luis Felipe de Orleans restringió las libertades. El levantamiento popular culminó con el asalto al Palacio Real, la huida del rey y la proclamación de la II República.
Se formó un gobierno provisional integrado por republicanos, socialistas y radicales que desarrolló un programa de reformas políticas y sociales:

· Sufragio universal masculino.
· Supresión de la esclavitud.
· Abolición de la pena de muerte.
· Intervención del Estado en la vida económica, para que éste garantizase el derecho al trabajo de los parados, para lo que se crearon Talleres Nacionales.

Tras la celebración de las elecciones, se formó un gobierno de republicanos moderados, que puso fin a las reformas sociales que se habían iniciado. Lo que se tradujo un levantamiento popular en junio de 1848 que se traduce en un enfrentamiento entre la burguesía y el proletariado.

Con el apoyo del ejército el nuevo gobierno se impone ante los sublevados. De esta manera la pequeña y la gran burguesía se cohesionan frente al proletariado, garantizando el funcionamiento de un régimen liberal y alejando de esta manera el ideal democrático.




En diciembre accede al poder Luis Napoleón Bonaparte, Napoleón III, que en 1851 proclamará el Segundo Imperio.

Texto: Revolución 1848.

5. El impacto del nacionalismo

Las revoluciones liberales estimularon el desarrollo del concepto de nación, definido como:

Un conjunto de ciudadanos ligados por una historia, una lengua y una cultura comunes, pero sobre todo, por la voluntad de vivir juntos y regirse por las mismas leyes e instituciones.

Debido al mapa que surge en el Congreso de Viena, confeccionado por las principales potencias europeas y en el cual se establecieron un conjunto de naciones o Estados, que fueron creados con un sólo propósito, servir de "tapón" entre Francia y el resto de países absolutistas. Pero que en ningún caso se tuvo en cuenta el hecho de que estas poblaciones quisieran vivir juntas o separadas; las revoluciones liberales que ya hemos visto, despertarán el sentimiento nacionalista entre la población que intentará crear nuevos Estados, atendiendo a este sentimiento nacional.

Aunque cada Estado tiene una serie de particularidades, propias de esa nación, se pueden distinguir a grandes rasgos dos movimientos:

· Integracionista: Distintos Estados que quieren formar una única nación y que llevarán a cabo lo que se conoce como unificaciones.

· Segregacionista: Estados que se encuentran dentro de una misma nación pero que quieren crear la suya propia y que llevarán a cabo lo que se conoce como independencias.


Texto: Nacionalismo

6. La primavera de los pueblos

El impacto de la revolución de París fue inmediato y se extendió por Europa, principalmente al imperio austriaco donde se desarrollará "la primavera de los pueblos".


  • Imperio austriaco: 

La revolución de 1848 tuvo un importante contenido liberal y nacionalista en los países pertenecientes al Imperio austriaco, donde la minoría austriaca dominaba y monopolizaba el poder sobre el resto de territorios.

La insurrección se inició en marzo de 1848, en la capital del imperio, Viena. Lo que provocó:

  • La caída de Metternich.
  • La elección de una Asamblea Constituyente mediante sufragio universal.
  • La abdicación del emperador.
Paralelamente surgen movimientos nacionalistas en Praga, Polonia y Croacia, que reclamaban:

  • El reconocimiento de sus identidades
  • El respeto a la diversidad lingüística y cultural
  • La igualdad de derechos entre los distintos pueblos.
En otros territorios como en la Lombardía italiana o en Venecia, las peticiones de la población iban encaminadas a la independencia con respecto al Imperio.

En Hungría se proclamó la independencia, iniciándose la guerra con Austria, que no la había aceptado.

Si bien todos estos movimientos fueron derrotados, el Imperio austriaco se vio obligado a introducir reformas. Tuvo que establecer un sistema liberal moderado, basado en el sufragio censitario.

Y aunque se restableció la unidad territorial, es decir, todos los territorios que se habían independizado durante la "primavera de los pueblos" fueron reintegrados nuevamente al Imperio, las continuas presiones nacionalistas consiguieron algunas reivindicaciones culturales y provocaron una modificación en la estructura del Imperio, ya que en 1867, se convirtió en una monarquía dual, con dos Estados: Austria y Hungría.
Unidos por la misma persona, Francisco José, emperador de Austria y rey de Hungría. Así surge Austria-Hungría, como nuevo nombre de un Estado ya existente.
Esta situación se mantendrá hasta la Primera Guerra Mundial.


  • El resto de Europa:
Alemania: 
La revolución en Alemania también tuvo una marcado signo nacionalista. Federico Guillermo IV de Prusia hubo de aceptar una Constitución de base censitaria.

Italia: 
La revuelta estuvo cargada de significado nacionalista y sirvió -pese a su fracaso- de punto de partida en el proceso de unificación y en el reino del Piamonte se creó una monarquía constitucional que se convirtió en el motor de la unidad italiana.

7. Balance de las revoluciones de 1848

Aunque las revoluciones de 1848 fracasaron, su experiencia influyó poderosamente en las ideologías obreras del siglo XIX.
  • Socialmente

Los distintos grupos que se unieron en los inicios de la revolución, se alejaron luego al defender distintos objetivos:
Una buena parte de la pequeña burguesía, temerosa de una revolución social, abandonó su alianza con el proletariado y se unió a la gran burguesía, aunque a lo largo del siglo XIX las diferencias entre ambas fueron bien patentes y se materializaron en las luchas políticas entre moderados y radicales.
El proletariado comenzó a adquirir conciencia de clase y, si bien actuó desorganizadamente, se constituyó como un movimiento autónomo desgajado de los intereses burgueses.
Los campesinos, una vez conseguida su liberación del régimen señorial, se condujeron de forma muy moderada y su objetivo en el futuro sería preservar las conquistas conseguidas.
  • Políticamente

A pesar de ese aparente fracaso, los hechos acontecidos en 1848 supusieron el inicio de una progresiva democratización (sufragio universal) y la incorporación a la lucha política de la clase trabajadora.
Además las reivindicaciones nacionalistas, marcarán la política internacional de los siguientes años, hasta la formación de dos nuevos países como son Italia y Alemania, y más adelante, tras la Primera Guerra Mundial, conformarán el nuevo mapa europeo, más similar al que conocemos en la actualidad.
En definitiva, en 1848 se completó la revolución burguesa y se inició el protagonismo de las fuerzas sociales populares que pretendían evolucionar desde el liberalismo hacia la democracia.

8. La unificación italiana

La unificación Italiana se llevó acabo entre 1859 y 1870, en los mismos años en que se edificaba la nueva nación alemana.

Para iniciar el proceso unificador, era necesario un reino que se pusiera al frente del mismo, ya que se necesitaba apoyos internacionales, pues había que enfrentarse al poder austriaco. El motor de la unidad fue el reino de Piamonte-Cerdeña. Víctor Manuel II, rey desde 1849, y su primer ministro Cavour, dirigieron el proceso. El reino de Piamonte-Cerdeña era una monarquía constitucional, y el único estado italiano que mantuvo instituciones liberales después de la represión de la revolución de 1848. El norte piamontés, organizado en torno a la capital Turín, era el territorio italiano más desarrollado económicamente.

El segundo Imperio Francés proporcionó un importante apoyo diplomático a la política piamontesa. En julio de 1858, Napoleón III se entrevistó con Cavour y le prometió el apoyo de Francia contra Austria. Los levantamientos contra el dominio austriaco en Milán y Florencia ayudaron a que tropas piamontesas y francesas derrotaran al ejército austriaco. Milán y Lombardía fueron incorporados al reino de Piamonte.

Módena, Parma y la Toscana derribaron sus regímenes absolutistas y votaron su anexión al reino de Piamonte-Cerdeña, también se voto a favor en una gran parte de los estados de la Iglesia (1860). El norte de Italia quedaba unido así bajo la dirección de la monarquía de Víctor Manuel.

El paso siguiente fue la incorporación del sur de la península y de Sicilia. Los camisas rojas de Garibaldi tomaron Nápoles, que se unió al Piamonte. Un parlamento compuesto por diputados elegidos de todos los territorios anexionados, se reunió en Turín (1861) y proclamó rey de Italia a Víctor Manuel. Venecia se incorporo a Italia aprovechando la derrota austriaca frente a los prusianos en 1866.

Quedaba el problema de los territorios del papado. En 1870, el ejército italiano ocupó la Roma papal y estableció allí la capital del reino. El Papa Pío IX se negó a aceptar los hechos, se declaró prisionero y excomulgo a Víctor Manuel II: comenzaba un conflicto entre el Vaticano y el nuevo estado italiano que no se solucionaría hasta 1929.

Texto: Italia y Nacionalismo

9. La unificación alemana

El Congreso de Viena estableció que la Confederación germánica quedaba constituida por 39 Estados, con la presencia de dos poderosas potencias, el reino de Prusia y el Imperio austriaco.

El primer paso hacia la unificación fue la creación en 1834 del Zollverein o Unión Aduanera, que estableció un mercado de libre circulación de mercancías con un mismo arancel.
En esta unión fue aceptada Prusia, pero no el Imperio austriaco, lo que comenzó a evidenciar el Estado que dirigiría el proceso unificador.

Durante la revolución de 1848, los sectores liberales y democráticos, formaron un Parlamento en Frankfurt, con representantes de los distintos Estados, elegidos por sufragio universal, que ofreció la Corona de la posible Alemania unificada al rey de Prusia Federico Guillermo IV.
Pero la monarquía prusiana rechazó la oferta, puesto que su idea era imponer un Estado no democrático, y así el Canciller Otto von Bismarck, en 1862, impuso una nueva estrategia, consistente en: Prusia dirigiría la unificación pero a partir de su supremacía económica y militar.

Esta política provocó varias guerras, ya que Prusia quería anexionarse territorios pertenecientes a otros Estados, pero que en el fondo querían pertenecer a la Alemania unificada.
Conflictos:

· Guerra con Dinamarca (1864) por la que se anexiona los ducados de Schleswig y Holstein.
· Guerra con Austria (1866) la cual no quería la unificación de estos Estados ya que perdería parte de su influencia económica y política en la zona.
· Guerra con Francia (1870-1871) la cual veía crecer la influencia de Prusia en el panorama internacional y la veía como una rival. Esta guerra contra un enemigo común permitió la cohesión de los territorios alemanes, y tras la guerra con Francia, concluye el proceso de unificación.

Finalmente los prusianos ganan a los franceses en Sedán y se anexionan dos importantes territorios: Alsacia y Lorena. Cuencas mineras que permitieron el avance de la industrialización en la recién unificada Alemania.
Sin embargo, a raíz de esta derrota se creará por parte de los franceses un ansia de revancha que culminará tras la I Guerra Mundial.


Alemania en 1871 proclama el Segundo Reich y Guillermo I será el emperador de la nueva potencia internacional, que quedará conformada en una estructura confederada bajo el dominio de Prusia.

Texto: Alemania y Nacionalismo

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